martes, 20 de enero de 2015

SOBRE LA AUTODETERMINACIÓN Y LA INDEPENDENCIA



Desde un punto de vista estratégico, SUGARRA defiende la creación de un Estado Socialista Vasco. Sin embargo, a corto o medio plazo, es muy poco probable que en Euskal Herria, o en el conjunto de los Estados español o francés, tenga lugar la toma del poder político por los trabajadores, que sería lo que posibilitase la constitución de un Estado de esa naturaleza.

Llegamos a esta conclusión en base al análisis de la situación internacional y de la evolución y desarrollo de las distintas contradicciones fundamentales de nuestra época; de las contradicciones sociales y de la influencia de los distintos factores, económicos, políticos, sociales, culturales, psicológicos, etc., que actúan tanto en Hegoalde, como en Iparralde, como en el conjunto del Estado español o del francés (condiciones objetivas y subjetivas), así como de la correlación de fuerzas existente en cada uno de dichos ámbitos y de su previsible evolución en los próximos años; todo ello a la luz de los datos de que disponemos.

Sin embargo, sí es algo más probable que a medio plazo puedan llegar a darse unas condiciones que permitan la creación de un Estado Vasco independiente, especialmente en la parte sur del país, aunque de carácter capitalista y que difícilmente abarcaría al conjunto de Euskal Herria, por lo menos en una primera etapa.

Esto sería factible, en los siguientes casos:

a)    Que como consecuencia de una fuerte movilización popular en Hegoalde, el Estado español se viese obligado a reconocer el Derecho a la Autodeterminación para la Comunidad Autónoma del País Vasco y/o la Comunidad Foral de Navarra; o de que

b)    la quiebra del régimen del 78 diera paso a una reforma constitucional que reconociese el Derecho de Autodeterminación a las naciones históricas; o bien 

c)    que los parlamentos autonómicos vasco y/o foral navarro, contando con una amplia mayoría de representantes soberanistas, y con el apoyo activo de un fuerte movimiento popular, promoviesen una consulta, de manera similar a la que se planteó en Catalunya el pasado 9N, y que, en base a la legitimación social que se alcanzase con ella, se procediera a una declaración unilateral de independencia.

El primero de los supuestos, aunque a corto plazo no sea muy probable, tampoco es descabellado, si tenemos en cuenta las experiencias de varios países capitalistas desarrollados, como Escocia o Quebec, donde la posibilidad de celebrar un referéndum de Autodeterminación ha sido aceptada por los gobiernos centrales británico y canadiense. También habría que considerar el caso de Groenlandia, cuyo nuevo Estatuto de Autonomía reconoce su Derecho a la Autodeterminación respecto a Dinamarca.

En cuanto al segundo, tampoco es inviable, teniendo en cuenta la profunda crisis política por la que atraviesa el Estado español y cuyos aspectos más destacables son: el creciente desprestigio de la monarquía; la multiplicación de los casos de corrupción en los partidos que apoyan el régimen, principalmente PP y PSOE, pero que también afecta a IU, PNV y CiU; el cuestionamiento de la organización territorial del Estado, tanto en Catalunya como en Hego Euskal Herria; la crisis del bipartidismo, acentuada a raíz del surgimiento de PODEMOS; etc.     

En el tercer caso se produciría una confrontación abierta de las instituciones autonómicas democrático-burguesas con el Estado español, cuyas consecuencias serían impredecibles.

Desde una perspectiva revolucionaria, consideramos que en cualquiera de los tres supuestos la postura más consecuente de los comunistas vascos sería la de apoyar la celebración del referéndum o de la consulta y, llegado el momento de su celebración, adoptar la posición de votar a favor de la INDEPENDENCIA y agitar en base a ella, a la vez que salvaguardar la unidad internacionalista con el conjunto de los trabajadores del Estado español y propiciar la agitación de estos a favor de nuestra independencia.

¿Por qué habríamos de apoyar la independencia, si la salida a la misma no sería la de crear un Estado Socialista Vasco, como nosotros propugnamos? Comprendemos el escándalo de todos los dogmáticos y doctrinarios, pero la respuesta es bien simple.

Si a corto o medio plazo no es factible la toma del poder por los trabajadores, ni en el conjunto del Estado español ni en el Sur de Euskal Herria, como hemos dicho al principio, apoyar la independencia supondría:

a)    Crear un marco específico (ya no autónomo, sino independiente) para desarrollar la lucha de clases e impulsar la Revolución Vasca; y

b)    debilitar económica y políticamente al Estado español y, por tanto, agudizar aún más la profunda crisis que atraviesa, favoreciendo así la creación de condiciones revolucionarias en el ámbito de éste.  

Los comunistas no debemos temer que se rompan o que se fragmenten, en mil pedazos, los actuales Estados burgueses, ni que se desestabilice y se descomponga la UE. Porque si eso ocurriera, si temiéramos eso, estaríamos defendiendo unas posiciones no ya pequeño burguesas, sino chauvinistas, gran burguesas e imperialistas. Eso, hay que tenerlo muy claro.


Si se diese un proceso revolucionario en el Estado español

Otra cosa muy distinta es que en el conjunto del Estado español tuviese lugar un proceso revolucionario antes de que en Hego Euskal Herria se diesen las condiciones para la celebración de un referéndum de Autodeterminación, y que éste fuese promovido por el nuevo poder.

Aunque como ya hemos dicho se trata de una probabilidad, por ahora bastante remota, hay que decir que en ese caso, llegado el momento, los comunistas vascos deberíamos abogar por establecer una relación unitaria con el Estado español, basada en: a) el libre consentimiento; b) el reconocimiento de nuestro Derecho de Autodeterminación y en c) el pleno respeto a nuestra soberanía.

En este caso, consideramos que el tipo de relación más idónea a mantener con el Estado español sería de tipo confederal.

Respecto al Estado francés nuestra respuesta sería similar aunque, como ya comentábamos más arriba, a corto y medio plazo, esas posibilidades resultan aún más improbables. No obstante, por nuestra parte, debemos estudiar esta situación más a fondo.