lunes, 10 de octubre de 2016

HOMENAJE A PERIKO SOLABARRIA





El pasado sábado 1 de octubre, tuvo lugar un cálido homenaje a Periko Solabarria en el barrio de Triano, de Abanto-Zierbena. En él se descubrió una placa que da su nombre a la plaza del barrio y cuya colocación había sido aprobada por unanimidad en el pleno municipal, tras haberse recibido una petición en ese sentido con numerosas firmas de vecinos y vecinas.

Periko Solabarria nació en Portugalete (Bizkaia) el 27 de enero de 1930 y falleció en Bilbao el 24 de junio de 2015. Era hijo de un minero y de una criada. A los 11 años ingresó en el seminario y se ordenó sacerdote a los 24. Ejerció como cura en el barrio de Triano, desde 1954 hasta 1964, aproximadamente, en que fue trasladado a la parroquia de Santa Teresa de Barakaldo.

Durante su estancia en Triano, se convirtió en uno de los primeros curas obreros y trabajó en la construcción en varias obras importantes, como el tren de laminación de AHV, la universidad de Leioa, y el puente de Rontegi.

El barrio de Triano, en el que vivió durante cerca de diez años, era un barrio minero, con una población mayoritariamente inmigrante, en el que sus habitantes vivían en unas condiciones infrahumanas. La mayoría de las casas carecían de baño y en muchas, incluso, faltaba el agua. Las calles eran un auténtico lodazal, debido al paso constante de camiones que transportaban mineral. No había servicio médico y tampoco escuela.


Periko, se entregó por completo a ayudar a las familias mineras y especialmente a los niños, para quienes creó una escuela en los propios locales de la iglesia. Solía decir una frase que era todo un exponente de su actitud vital y su comportamiento con los trabajadores y la gente del barrio: “quien no pisa el barro, no dejará huella”. Como consecuencia de las agotadoras jornadas de trabajo y sus precarias condiciones de vida (pues repartía todo lo que tenía, desde la ropa hasta su propia comida), contrajo una grave enfermedad respiratoria crónica.

Durante los años de su permanencia en Triano y posteriormente en Barakaldo, comenzó a trabajar con organizaciones obreras católicas como la Juventud Obrera Católica (JOC) y la Hermandad de Obreros de Acción Católica (HOAC). Posteriormente tendría relación con las primeras CCOO y con el Frente Obrero de ETA.

Fue detenido, por primera vez, en 1969 y estuvo en la cárcel de Basauri y en la prisión de Zamora (especial para curas). Después de abandonar el sacerdocio, se casó y tuvo tres hijos. En 1975 ingresó en el sindicato LAB y también participó en varias ocasiones en candidaturas electorales de la izquierda abertzale, aunque la mayoría de las veces no llegó a ocupar su escaño.


En 1979 fue elegido concejal por Barakaldo, y en 1983 y 1987 salió elegido juntero de las JJ.GG de Bizkaia. También colaboró con la plataforma Berri Otxoak, contra la exclusión social, y con la Asamblea de Parados de Barakaldo.